En estas dos últimas semanas, las falsas alarmas de bombas que han movilizado a la policía a los más diversos lugares, como estaciones de metro, colegios, organismos públicos y canales de televisión, se han transformado en pan de cada día y dejan instalada la sensación de que estamos solo antes un grupo de bromistas y no ante individuos que buscan crear un ambiente enrarecido previo a la conmemoración de otro día más del Joven Combatiente: cada 29 de marzo, se recuerda el asesinato de los hermanos Vergara, a manos de efectivos policiales, durante los ’80.

El clímax es el caso del ex procurador que seguramente no había terminado su trabajo y por eso llamó desde su celular para avisar de una bomba en tribunales, los que fueron desalojados. Por flojo, ahora enfrenta el riesgo de cárcel.

Pero no eso en lo que quiero concentrarme: en este contexto, Chilevisión ha recibido dos llamadas alertando de bombas en sus instalaciones, lo que Carabineros determinó luego de desalojar al personal, que era falso. TVN padeció los mismos avatares que CHV.

En el primer caso, la voz masculina que llamó a la guardia de CHV se quejó de su línea programática. No se sabe si ocurrió lo mismo con TVN.

Pueden ser bromistas de mal gusto. Pero tampoco es buena idea dejar pasar estos eventos. El 2007, en medio de la huelga de contratistas del cobre, detonó un artefacto explosivo en la antena de una radio de Diego de Almagro, en la Región de Atacama. Se trata de hechos graves que hay que investigar y determinar si responden a reacciones a la labor de los medios y de la prensa en general.